Amanece el 14 de Abril, con un cielo completamente despejado. Este día el coro romero “Apolonio Siles” de Los Villares viaja a la Basílica Real Santuario de la “Virgen de La Cabeza” para cantarle en la misa a “la morenita”.
A las 9 de la mañana en La Fuente estaba prevista la salida de los autobuses, un grupo numeroso de personas lo acompañaban.
Saliendo del pueblo se rezó el ángelus para tener un buen viaje, a continuación empezaron los chistes, la camaradería y alegría que duró todo el trayecto.
Los olivos de la campiña con su color verde oscuro y su pasividad centenaria parecía saludar al paso del coro ; ya en Andújar, al cruzar el puente del río Guadalquivir se podía apreciar la huella del desbordamiento a causa de las abundantes lluvias caídas en el mes de Marzo.
Al internarse en la sierra poco a poco cambia el paisaje, uno toros en la dehesa tranquilamente tomaban el sol, el suelo parece una alfombra con su verdor, los prados de flores azules y amarillas, las jaras ya floridas y el inmenso pinar, alguien comenta…¡ ya se ve el santuario!, continúan la infinidad de curvas bajando hasta “El Jándula”, la zona de recreo “El Jabalí” y por fin el desvío hacia el Cerro del Cabezo.
Subiendo la calzada se puede ver la cantidad tan grande de personas que se han desplazado hasta allí, el coro espera impaciente para entrar en la Basílica, lo acomodan dentro de la reja del altar mayor( a la izquierda), comienza la misa con un lleno impresionante, la Virgen parecía sonreír al oír las canciones tan bonitas que el coro le ofreció, además de una cesta de flores preciosas. Al terminar hay que aguantar una larga fila para pasar por el camarín, donde nos deleitaron con dos canciones más, el fervor, el cariño era apreciable y emotivo.
Ya en el restaurante y tras una comida deliciosa se armó una fiesta con las canciones que cantaban, otro grupo que había de Lorca acompañaron bailando y aplaudiendo entre vivas a la Virgen de la Cabeza.
Llega la hora de la salida, la mirada puesta en el santuario y en el pensamiento una petición, salud y que volvamos pronto. Encima de una roca, un ciervo, parece decir:¡ Hasta siempre!
¡Que viva la Virgen de la Cabeza!
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