He estado preguntando a mi familia para que me contara alguna historia o relato que se relacionara con mi pueblo, Los Villares. Me han contado varias, pero he decidido que os voy a relatar una que me ha llamado mucha la atención por su contenido tan entrañable y emocional, es la historia del cortijo Buenahija
CORTIJO BUENAHIJA
Un hombre vivía en un cortijo, en el paraje de Buenahija, acompañado de su hija que estaba casada. Este hombre, por circunstancias de la vida, cometió algunos errores y lo metieron en la cárcel. La justicia le condenó a cumplir una pena muy grande, quedarse en la prisión hasta que muriera, sin darle ni pan ni agua.
Su hija desesperada no sabía que hacer, fue a pedir favores a los jueces para que le dieran la libertad, pero no consiguió nada. Estaba embarazada y se le adelantó el parto debido al sufrimiento y al estado emocional que estaba viviendo. Tuvo una hija hermosa y muy guapa, pero estaba tan triste y desconsolada que ni el nacimiento de su hija le agradaba. Le daba de mamar siempre que la niña tenía hambre, la veía cada vez más hermosa y con más vitalidad, de ahí que se le ocurrió una idea.
Decidió pedir permiso para poder ver a su padre, pues ya estaba muy mal de salud, le permitieron visitarlo debido a los pocos días que le quedaban de vida. Siempre que iba a verlo, los policías la registraban de arriba a abajo por si llevaba algo de comida para dársela a su padre, pero nunca encontraron nada y la dejaban pasar. Transcurrieron algunas semanas, el hombre rejuveneció, le brillaban los ojos y el reflejo de la muerte que tenia había desaparecido, los guardias se extrañaron al darse cuenta de esta situación, pensaron que la mejoría que tenía era a causa de las visitas de su hija, ya que no recibía ningún alimento, pero el hombre había cambiado, tenia muchas ganas de vivir y no moría.
La hija seguía visitándolo y la chequeaban siempre que iba pero no encontraban nada. Un día los jueces la llamaron para contarle lo sucedido y pedirle alguna explicación, ésta le contesto que se lo diría a cambio de la libertad de su padre. Pasaron los días y no había acuerdo, la justicia llamó a un médico para visitara al preso, el diagnóstico fue que estaba bien nutrido, que solamente le faltaba ver la luz del día para estar bien del todo. Los jueces no comprendían lo que le había dicho el doctor, pues el hombre no tomaba ningún alimento, decidieron volver hablar con la hija para que le contara el secreto y pactar la libertad.
La mujer contó que había tenido una hija y que la amamantaba y veía que cada día estaba más viva y más hermosa, entonces cada vez que iba a ver a su padre, hacia lo mismo, amamantar con sus pechos a su padre para que volviera a vivir. El tribunal se quedo con la boca abierta al escuchar la explicación, le dieron la libertad al hombre. El padre fue abrazar a su hija y nieta, y dijo que desde ese momento al cortijo le pondría de nombre “Buenahija”.
Belen Hidalgo García
5ºCurso del C.E.I.P. «Ntra. Sra. del Rosario» del Los Villares