Con su ciento setenta metros de longitud y un trazado rectilíneo, la calle Juan Alcalde nace en la calle Solana y acaba en la calle Ejido. Conocida popularmente como “Callejón del Duende”, cuyo nombre era Martinillo, por cierta leyenda que corrió a principios del siglo XX, de la existencia de un duende que habitaba en la casa número 8 de dicha calle. La dueña se sentía acosada y decidió cambiarse de casa. En el traslado exclamó la mujer: “¡ Ay que se me ha olvidao el cedazo!”, cuando de pronto resonó la voz de Martinillo diciendo: “No, que lo llevo yo” . Se deduce de esta conversación que el duende se iba a vivir con ella.
Era un callejón cerrado que acababa en las tapias del huerto de D. Luis Molina. Con la apertura, en 1931, de la calle Huerto la Virgen se prolonga hasta dicha calle teniendo ahora un trazado de mayor anchura. Posteriormente en 1964 se amplió la calle aprovechando terrenos de la huerta de José Hernández, hasta la que iba a ser fábrica de cartones Cavilsa siendo este su trazado actual.
Cómo datos a destacar tenemos:
– Su nombre es un homenaje a D. Juan Alcalde, maestro que nació y vivió en el número 3 y posteriormente vivió una maestra muy querida llamada Doña Pepa. En esta misma dirección estuvo ubicada la tienda de comestibles de Juan Romero. En la actualidad es propiedad de la empresa Artesania San Jose.
– En el número 9 estuvo entre los años 30 y 60 la fábrica de aceites de D. Pablo López.
– En el número 12 en la década de los 50 y 60, estaba la tienda de golosinas de Albasini.
– En la esquina superior derecha, durante la década de los 50 se encontraba la carpintería de Peláez y frente a ella la herrería de Lázaro Rueda e hijos.
– Durante la década de los 80, en el número 16 existió la tienda de comestibles de Rosario García.
– En su último tramo se encontraba la cooperativa agrícola San Isidro Labrador, cuya propiedad era de D. Luis Cabrera. Actualmente aparcamiento municipal.