Voy a contar esta historia que nos relata y recuerda mi abuela cada vez que ve a mi prima con algún amigo y me parece bastante graciosa, además de curiosa, ya que han cambiado mucho las casas en tan poco tiempo.
La ronda era una tarea bastante difícil por entonces, todos los mozos se juntaban e iban en busca de las mozas y les pedían bailar y si la chica estaba interesada en el salía a bailar sino lo rechazaba. Al baile no se podía ir sola, era obligación acudir con la madre, cuya misión era vigilar a las novias y que no hubiera ningún roce entre ellos. Hacían un corro alrededor del baile para que no se les escapara ningún detalle.
Una de los pocos entretenimientos que había era el cine, si la novia tenía la suerte de que el novio le invitase a ir, ya que por aquellos tiempos no disponían de muchos recursos económicos, estos no podían ir solos, tenia la suegra que acompañarlos y encima de invitarla se sentaba en medio para controlarlo todo.
También podemos contar anécdotas sobre la ronda en la feria del Rosario, en mitad de la calle arroyo se ponía la tómbola y las parejas se paseaban en la calle principal. Como había poco presupuesto, no podía comprar nada, solo pasear y mirar, si querían convidar a la novia, en lo único que se podían gastar algo era en dos reales de camarones o cangrejos que valía igual, así que se paseaban calle arriba y abajo toda la feria con los dos reales.
En carnaval los mozos buscaban una casa para jugar a la rueda, esta consistía en ponerse en corro y todas las mozas y mozos cantaban y bailaban canciones como, “Una pájara pinta”, “Carnaval, carnaval tu te vienes tu te vas” y algunas más.
Algunas fotografías de jovenes de la época:
Rocio Moreno Cabrera
6ºCurso del C.E.I.P. «Ntra. Sra. del Rosario» del Los Villares